Todavía encabezados por Rafael Garza Gutiérrez, sus directivos habían hecho hasta lo imposible por mantener el equipo, que aún subsistía bajo el modelo de club de socios. El también fundador del club logró reunir un nuevo grupo de socios benefactores, sin embargo no fue suficiente, ya que únicamente consiguió evitar la desaparición de la institución; incluso se acudió a pedir la ayuda del entonces Presidente de la República Adolfo Ruiz Cortines, aficionado abiertamente del equipo, pero que se negó a participar de la asociación que financiaría al club.