La FIFA prohibió el uniforme, pero puesto que el equipo desoyó la orden, se le descontaron seis puntos de la clasificación para la Copa Mundial de 2006, decisión que fue apelada. La Unión Soviética expresó su negativa a jugar el partido de vuelta en el Estadio Nacional en Santiago por razones políticas: el golpe de Estado de 1973. Ante esa situación, la FIFA se negó a trasladar el partido a una cancha neutral.