En un partido de la Copa Mundial de Fútbol de 2010 ante Alemania, Lampard anotó un gol que rebotó en el travesaño y rebasó la línea de gol que, si hubiera sido contado como válido, hubiera significado el 2-2 en ese momento. En ese inicio de Serie A, tanto él como el defensor titular Gaetano Scirea estuvieron ausentes en varios encuentros, lo que perjudicó al equipo, que encadenó malos resultados.